martes, marzo 31, 2009

03 de enero de 2009

De Puebla he llegado al DF, siempre que piso esta ciudad me embarga una sensación extraña; como deseo vivir aquí.

Horas atrás tenía miedo, el miedo de lo desconocido; como descubrir un nuevo mundo, es inevitable no recordar las líneas de Herman Hesse en Demian; Ahora, aquí, entiendo que la libertad es uno de los pocos placeres que me quedan.
Floboots… me hipnotizan las imágenes de ese video rapero, handlebars, que bien suena la trompeta; lo siento, el rap comienza a mostrarme sus mieles, no puedo dejar de mencionar los efectos vocales de ese español, Nach.

Como me gustaría subir a un avión, adoro esa sensación de subir.

Hace tiempo descubrí esta extraña afición por permanecer en las salas de espera de terminales y aeropuertos. Prefiero los aeropuertos.

26 de marzo de 2009
Los aeropuertos, las salas de espera de los aeropuertos, generalmente resultaban irresistibles con su limpieza y temperatura controlada; no podía evitar recordar como los definía Fitzgerald en el gran magnate: lugares solitarios, sombríos, silenciosos.