martes, abril 24, 2007

Esa

Así como decir:

Esa manera que tienes d mostrarte indiferente a cosas que me molestan me irrita...
Esa manera que tienes de ignorar de poner sal en las heridas que haces para luego escupirlas y mitigar el ardor mientras la carne se sigue pudirendo...


Y yo con mi debilidad o curiosidad de llegar al fin,

porque supongo debe haber uno

Vos sois narcisista, no enfermizos

Vos sois narcisista, no enfermizos .

-Oye, esto es algo que me esta costando mucho hacer, por favor no seas cruel, necesito hablar contigo
-Te recuerdo que fuíste tu quien me saco de la jugada, tu eres quien me borró del mapa… ¿qué paso que necesitas?
-No por aquí en persona
-Sino me dices por aquí de que, no hablaremos por ningún otro medio…
-Por favor, necesito verte en persona, realmente lo necesito
-¿Dónde estas?
-En Oaxaca, pero mañana llego a Veracruz
-Mañana a ¿qué hora?
-En la noche, no se a que hora estés disponible
- Ahora es cuando podría ser... mañana ya tengo cosas que hacer
-En la noche, ¿estarás ocupada?, después de las ocho o las diez, o como veas, si no otro día, pero en verdad necesito hablar contigo
-Si, mañana estoy ocupada.. y te decía que hoy porque hoy no han gente aquí en el puerto. No quiero que me vean contigo.
-No vamos a exhibirnos, vamos a hablar. Bueno, yo voy a hablar porque creo que tu no tienes algo que decirme, pero yo si y muchas cosas
-No se que de que quieras hablar, pero lo que si sé es que cada quien tiene su vida por su lado. No tengo idea de que me vayas a decir, que no sea lo mismo de siempre. Si es para eso, discúlpame pero no quiero escucharte
-Yo se todo eso. No es lo mismo de siempre. Me están dando ganas de soltarme a hablar, pero ya estoy hasta la madre que siempre me pongo a hablar como pendejo y solucionamos las cosas por teléfono, luego es la misma mierda de siempre. Quiero rehacer todo y necesito hablar contigo.
-Pues conmigo ya no puedes rehacer nada
-Quizás ahora te caigo mal y ¿quién dice que quiero meterme en tu vida?, solo quiero hablar contigo. Tu estas en tu pedo y yo estoy en el mío y así van a ser las cosas
-Yo mi capitulo contigo ya lo cerré, al recuerdo le tengo afecto y como siempre lo he dicho aunque ahora me parezcas un patán conmigo siempre fuiste chido la mayoría de las veces.
-Mira, no soy tan malo como crees y tampoco soy lo que crees, me dan ganas de explicarme y la madre y media pero no lo voy a hacer necesito estar en persona y verte a lo ojos y que tu por primera vez seas sincera conmigo y después de eso a la mierda si tu quieres… soy un puto y la madre, un pinche maricon y lo que tu quieras
-A mi no tienes nada que explicarme. Ser sincera ¿de qué?, siempre lo fuí cuando pensé que podía tener algo contigo lo expresé, luego me di cuenta que no y eso es todo.
-No me voy a poner a discutir problemas pasados, porque ese no es, ni será el punto de la conversación que espero accedas a que tengamos. A diferencia tuya, jamás he pensado en dejarte y si lo he hecho me arrepiento tanto, que aquí estoy
-Contigo no me quiero volver a enfermar. No después de que he jurado no volverte a dirigir la palabra. Yo si he pensado en borrate, es lo más sano
-Sólo estoy tratando de hablar contigo. Quizás para ti sea sano porque no te importo, pero para mi es muy insano, porque si te guardo un gran aprecio aun cuando la amistad que tuvimos fue muy corta
-Discúlpame, pero no voy a caer justamente en las cosas que siempre he renegado... y si esperas escuhar que me importas, pierde la esperanza, discúlpame pero no tengo ganas de escucharte... y no quiero rollos distorsionados de que hablamos y todo mundo se entere, porque así termina siendo. No vas a hablar conmigo, porque ya te dije no hay de que hablar, no hay de que te tenga que escuchar, no tengo porque acceder a un dolor de cabeza por una platica que no tiene sentido..
-No mames, de veras, nada mas confirmo que nunca tuviste un puto interés en mi y todas las pendejadas que decías eran mentira y me caga porque yo de pendejo siempre me creía. Yo de pendejo creyendo que puedo componer las cosas y que quizás tu vida y la mía nunca coincidan pero al menos tenia la ilusión de componer las pendejas que he cometido, pero a ti te vale madre siempre tu tu tu tu tu tu. Yo se que las cosas se pueden componer. Que tu creas que todo se fue al carajo es distinto
-Lo siento, ese no es mi problema... nos vemos, y toma esto como un no quiero hablar contigo, como un soy una desgraciada, mentirosa, sin sentimientos. Yo sé cual es la verdad y eso me llena, no hay nada que componer. Y si, SIEMPRE YO Y ¿QUE? te caga porque yo no accedo a tus caprichos. Porque yo no estoy ahí cuando se te hinchan los huevos, pues ya ves así soy yo, una culera, vieja mierda, que jamás se intereso por ti y menos se interesara ahora, y si soy una mentirosa, piensa lo que quieras Adios.

Colgaste el teléfono. ¿De que te sirvió evitar la platica?, invariable situación, terminas pensando. Preguntándote porque pudiste decir que no, será porque te importa mucho o porque no te importa. Piensas en los amores pasados, los dolores de cabeza, los amores enfermizos. Piensas en quien no piensa en ti y te preguntas ¿por qué hay quienes siempre vuelven?, ¿por qué hay quienes siempre los reciben de vuelta?.

Pensó unos segundos y se dio la vuelta para caminar a su cuarto. Se detuvo un momento y percibió el olor de la noche, el olor de la húmedad. A lo lejos escucho la sirena de una ambulancia y pensó, mientras alguien esta enfermo o muriendo del cuerpo, yo me enfermo y muero del alma, que absurdo, irreal. Tonterías sentimentaloídes.

Esa conversación telefónica, había movido piezas atascadas en su cabeza. De nuevo no sabía quien era. Recordaba que de la gente sólo le gusta la lejanía, amando a los inalcanzables, exitándose con la idea del desprecio, con la imposibilidad que eventualmente la hacía soñar con encuentros llenos de pasión que al final se cargan de melancolía. Sabía que a pesar de amar a los que están cerca, a los alcanzables, a los que consideraba simplemente humanos, en el fondo sabía que no eran para ella, que su vida por más que lo deseara nunca podría ser normal. Por se aferraba, por eso se hacia fuerte, por eso ya no sentía, porque sabía de su adición a las relaciones enfermizas, porque nada se comparaba a la sensación de la adrenalina correr por su venas a causa de una discusión.

Al pasar frente al espejo que se encontraba colgado a medio pasillo, se detuvo y observo la imagen que se reflejaba. Era un cuerpo andrógino. Lo había visto muchas veces en los espejos, en los cristales de los coches, en el reflejo de los aparadores, en el agua. De nuevo se sintió grande, porque sabía que hombres y mujeres la deseaban, porque su ego era tan grande que sólo amaba lo que era. Se perdía alucinando en hacerse el amor, en conocer a alguien que fuera igual a ella. Conciente trataba de negarse, los ojos fijos en la imagen del espejo, tratando de entener cual es la relación entre ese cuerpo y lo que pasa por su mente.

Ella no era frivola, al menos no se consideraba así. Su día había transcurrido de una manera diferente, sin rutina. La ausencia del sonido del despertador por la mañana, los problemas abandonados en la oficina, las llamadas pendientes en un estante. Se descubrió aburrida, sola. Sin amigos, sin una vida propia. Lamento tanta libertad, anhelo una pareja, añoró compañías tontas, momentos banales. Aborreció la soledad.

La llamada de ese tipo, le provocó dolor de cabeza. Lo detesto con todas sus fuerzas por hacerle desear una vida que había idealizado como aburrida. Lo detesto por hacerle recordar su facilidad para pensar que estaba enamorada y su imposibilidad para apasionarse.
El, era uno de muchos hombres y mujeres que habían pasado por su vida, de los considerados importantes. Trascendentes, pero al final un recuerdo más para la colección.
Estaba consciente de la soledad en que vivía, pero meses antes, un día que no recordaba, había decidido vivir así, sintiendo sin apasionarse, apasionándose sin sentir.
Llegó a su cuarto, para acostarse. Cerró los ojos y se durmió.

domingo, abril 22, 2007

Fin de semana

Termino por tener un fin de semana desesperante, con buenas noticias pero sin nada que hacer. Esta vez no quiero leer, salir, para variar me da flojera, el sol me molesta para caminar y caminar por las tardes a la orilla de la playa me da asco, detesto esa sensación pegagosa que te deja en el cuerpo el agua putrida del mar; ese mar que aquí es pura mierda.

Salímos por la tarde. Decidí tomarla libre, tuve sueño, pero cuando quise dormir no pude, me llamó por teléfono para que le fuera a ver, para que le dijera si se veía guapa. Fuí y regresé enseguida. A mi no me gustó.

Tomamos el camión y llegamos al centro, compramos en el mercado. Fresas, mangos, uvas, nopales, aguacates, carne. La comida para la semana, aquí cada día las cosas se parecen más a vivir en casa. Llega la noche y mi desesperación crece, me desespera estar aquí o más bien será, que me desespera estar en Veracruz. Ningún plan esta dado hasta que se comienza a llevar a cabo.

Acordamos que vendría a pasar aquí la noche, que llegaría como a la una de la mañana. Entre sueños espero la hora y no llega, me duermo y despierto a las 2 am, pienso que ya no vendrá que estará durmiendo en su casa, que se cobija entre las piernas de un cabrón, que se yo. Tengo tanto sueño que no pienso más me doy la media vuelta y continuo durmiendo, soñando, teniendo pesadillas y hoy que lo pienso mejor, me doy cuenta de que en el sueño se desnuda nuestra mente. El teléfono suena a las seis de la mañana, voy para tu casa me dice y antes de que yo pueda decir algo más que no sea, por qué a esta hora, me cuelga. Ahg!! me molesta, como se atreve a hacerme esto a llegar cuando quiera como quiera. Que no piense que le acomodaré las almohadas y le daré ropa para dormir, sólo le hago un espacio en mi cama. Llega y yo solo le aviento las llaves, cual perra fuera. Seguramente se cago cuando hize eso y admitó por un momento me arrepentí. Durmió en el sofá, sin nada sólo se durmió ahí. Para que en la mañana, más tarde yo le diga que se vaya a la cama.

Preparo el desayuno, un licuado de fresas con uvas. Platanos cocidos. Se despierta y comenzamos a limpiar mi cuarto. No le digo nada, no me enojo ni se enoja, sólo me explíca porque llegó a esa hora. Jugamos, comemos, se baña, me baño, dormimos y yo despierto con el mismo hastio, la misma desesperación y sólo sabe decirme que salgamos a caminar. De regreso se queda en su casa, yo llego a la mia y sigo igual. Con un dolor que me taladra la cabeza.