martes, junio 30, 2009

El llano en llamas, fragmento

Él no quiere creerlo, pero, ¿verdad que estoy para dar miedo?- y se acercó a donde le daba el sol...
! Míreme la cara ¡
Era una cara común y corriente.
-¿Qué es lo que quiere que le mire?
-¿No me ve el pecado? ¿No ve esas manchas moradas como de jiote que me llenan de arriba abajo? y eso es sólo por fuera; por dentro estoy hecha un mar de lodo

sábado, junio 27, 2009

Cama 162

Es una pequeña habitación, 3 camas separadas por un buró de metal entre una y otra.
En los últimos años escuché hablar de nebulizaciones, apenas vi como se hace una.
Huele a enfermedad, huele a medicina, a orines, sangre seca y aliento podrido.
Recorro un pasillo que alberga más de 17 habitaciones, escucho llanto, el llanto de un bebé recién nacido; creo que es justo frente a esa habitación donde vi a un anciano, su cuerpo se pierde entre las sábanas, es muy pequeño, sumante delgado... me parece que pronto morirá.

no veo vida

Cuántas personas han muerto en estas camas, cuanta incertidumbre se respira en el ambiente.

miércoles, junio 24, 2009

Impecable

La conocí cuando tenía 14 años; recuerdo como se veia con el uniforme, la tela de la blusa parecía muy suave, siempre muy planchada, muy fresca. No hablaba mucho, y eso me gustaba; dejaba mucho que maquilar a mi mente.

Una voz que apenas podía diluir en agua.
Hoy me pregunté por qué me empecino en elaborar preguntas; eso me pasa todo el tiempo. Repaso varios capitulos de mi vida y, vuelvo a lo mismo, me pregunto si toda la gente piensa de una manera similar. Cada quien tiene sus vicios ocultos. Hace tiempo, no podía conciliar el sueño sino me lavaba las manos antes de ir a la cama, no sé cuando desapareció ese fetiche. Últimamente me persiguen los acéntos, nunca he sido de ortografía buena, pero ahora me ha dado por deletrear cada letra que escribo y tratar de recordar las reglas para acéntuar. Igual no lo hago bien, porque tengo una lógica de suputamadre, que regularmente me lleva a tomar decisiones equivocadas.

A veces siento que cada día enloquezco un poco más. Vuelvo a leer las líenas escritas. La cagué, me precipité, me fui muy rápido, de repente se me bloqueó la mente y cuando reaccioné, dos días después, supé había roto mi esquema.

Este puñetas que está a mi lado, debe de estar más loco, tendrá unos cuarenta años y de su portafolio cuelgan dos llaveros de patricio estrella y uno de bob esponja. Los taxis no dejan de pasar. El cristal templado que me separa del exterior disimula la intensidad de los rayos del sol. Detesto quemarme, detesto la luz que se cuela directa; me gustan las sobras y los rayos escuálidos.

No me gusta el calor, tampoco el agua fría; menos las playas en días soleados... Recuerdo esa playa de California en invierno, era hermosa.

Escucho the pink panther de Mancini, puedo traer a mi mente la imagen de la sinfónica interpretándola y siento como se semiparaliza mi ojo izquierdo hasta la punta de los dedos de mi mano... y no puedo entender cómo es que en situaciones recientes, no haya sentido algo parecido.

Probablemente deba dedicar más tiempo a ver.

Comienzo a escribir ocasionalmente, lo mismo de siempre, lo que veo. Ya pronto iniciaré los cuentos.

martes, junio 23, 2009

no podía pensar más

Hacía tiempo que no sentía tanta rabia.

Odio a ese pendejo, lo detesto, el sólo verlo me produce asco.

Odio que se queje tanto, odio que sea un maldito mediocre, odio más que la haya arrastrado a su mediocridad.

Odio estar aquí.

domingo, junio 21, 2009

Un fragmento De Perfil- José Agustín

Pero, de repente, Queta Johnson introduce, con rapidez, su lengua en mi boca. Está tibia, pero la sensación que recorre mi cuerpo me hace estremecer y abrir los ojos como imbécil.

Ella se separa tres centímetros, bizquea de nuevo y suspira, suelta una risita, se pasa la lengua por los labios, entreabre los ojos, recorre su dedo por su labio superior, de nuevo cierra los ojos, pasa otro dedo por su labio superior y acomoda sus brazos alrededor de mi cuello y se acerca y me besa de a de veras, con detenimiento, como si su lengua escudriñara las cavidades de mi boca, no puedo resistir más y cierro los ojos, siento que empiezan a temblar mis manos, Queta Johnson se acomoda mejor, me abraza mejor, se recuesta un poco en el sillón, queda un poco más abajo de mi, como sugiriendo que la iniciativa debe ser mía, con mi lengua empujo la suya y la beso nerviosamente, ella se mueve y siento sus senos aplastados en mi pecho, lo que me recuerda que debo hacer algo más, aparte de besarla, con un ligero temblor alzo mi mano y acaricio su seno izquierdo, no tiene brasier, siento su dureza tibia a través de la tela del suéter. Queta besándome ronronea y vuelve a moverse, deslizo mi mano hasta su pierna y luego la subo hasta sentir su estómago fresco. Lamento que mi otra mano este inmóvil, pero no se me ocurre darle tarea alguna.

Queta Johnson se separa, quito mi mano, mientras ella, humedece sus labios y luego truena la boca sabrosamente. Me ve con tranquilidad y dice:
-Rico, ¿no?
-Sí- jadeo
-¿Nos queremos mucho mucho mucho?- pregunta, distante; y yo respirando, con dificultad:
-Sí.

Ella da un salto, batiendo palmas, se despereza felinamente y luego me mira sonriendo.
-Somos un estupendo par de actores- dice, con un ligero matiz de seriedad, mientras pasa un dedo por la comisura de sus labios. La veo de pie, con los ojos brillantes y siento mi mano hueca, la tibieza de su carne, su latir.

Dándome la espalda, dice con voz bajita:
-No creas que lo hago con todos, tú me caíste bien, es different, pero eso no quiere decir que lo haga con todos.

viernes, junio 19, 2009

Un fragmento del robo

y veía
su piel... mientras recorría su vientre con la yema de mis dedos
y abrío los ojos y permanecío viendome

... ahora sé de esa cicatriz en la espalda
del lunar bajo la planta de su pie derecho... y de uno más en el costado de su cadera...


guardo
su sabor a tabaco.. y la suavidad de sus labios