Recuerdo ese tiempo en que fumaba marihuana todas las tardes. Hoy acabo de fumar, hacía tanto tiempo que no tenía está sensación, este total placer de estar bajo los influjos de una droga.
Comienzo a ver bajo la sal, las imágenes se hacen borrosas, escuho gritos, entreveo sangre, un cuchillo, después una imagen clara de una situación que no logro entender y de repente esas imágenes se vuelven a mis años en la universidad; es tan real lo que veo, me pierdo y no se como logro recrear esa imagen de la luz de las 5 de la tarde en el puerto de Veracruz, ese aire en mi balcón, la imagen de Jan frente a mi sin camisa, sudado y con un buen joint entre los dedos, Vite a un lado y una caguama para los tres; me recuerdo haciendo hot cakes, con un poco de mota, a las chicas comiendo y yo en la alucinación total. Juro por Dios que nada se compara a lo que siento en estos momentos, todo es tan vívido. Recuerdo a Ivonne en los primeros días de escuela, toda vestida de azul y de ahí se desprenden infinidad de imágenes hasta llegar a un stop en la imagen que guardo de la pequeña Ivanna. Nada nunca será Oaxaca Oz, nada nunca, quizá tu entiendas lo que siento en estos momentos, ese éxtasis de sentir la mente fuera del cuerpo.
Tampoco nada, nunca, será el DF contigo salvándome de perderme entre la gente. Es podidamente hermoso ver hacia el pasado y revivir cada sentimiento, sin podernos explicar como hemos llegado al presente. De los efectos vocales de Nash, quien me ha hecho reconsiderar el hip hop, salto a los best friends de Amy Whinehouse.
Qué pedo con haberme ido del país, qué pedo con haberme ido del Estado.
Juro que a Ivanna le gustará ver está fotografía algún día,
y juro que a nosotros, jamás nos dejará de dar un piquete en el corazón cuando veamos esta
