martes, octubre 23, 2012

Por ahí en el zócalo

Sucedió que llegué más temprano de lo que debía; compré un refresco y unas galletas, decidí sentarme en la explanada que se encuentra a un costado de la catedral, ese lado del que se encuentra Palacio Nacional, por ahí en el zócalo. Me senté a lado de un señor al cual le boleaban los zapatos, vi mis botas y vi al bolero, él levantó su cara y me miró, acto seguido me dijo: -¿Eres turista guera? Contuve las ganas de decirle: No mames jaja, pero me limité a sólo mover la cabeza. Él siguió lustrando y yo seguí observándolo. Cuando se desocupó volteó y me dijo: -Te limpio tus botas, dame 10 varos. Desde hace tiempo había notado y decidido que mis botas necesitaban un poco de brillo, en pocas semanas cumplirán un año y no recuerdo en ninguna ocasión haber pagado por su limpieza. Total que le dije que sí. Su piel curtida por el sol, tatuada a la mala, con bordes gruesos y lineas que se pierden sin decir nada. Una cajita de bolear roída por el tiempo, con quien sabe qué tantas historias. Miraba muy diferente a como se veía. No me aguanté las ganas de hacerle la platica, solo Dios sabe de mi afición por hablar con la gente de la calle y de mi repudio por aquellos que se catalogan como "gente bien", total. -Oye, ¿cuántas boleadas haces en el día? -Ps más o menos unas 40, hoy me voy a echar 50. A mi no me da pena andar en chinga limpiándole los zapatos a la gente. Yo sé que en un día me puedo ganar lo que aquellos que están vendiendo se ganan en una semana. Sé que si me voy de limpia parabrisas voy a sacar unos 400 varos, y ps la neta no me da pena andar de mugroso por ganarme una lana. Estuve 16 años en la sombra y ahí aprende uno a no tener pena. -Y los polis ¿no te la hacen de tos?, ya ves que los que andan vendiendo nomás están al pendiente del pitazo para salir corriendo y esconder sus cosas. -No, a mi no me dicen nada, pero ahorita me acabo de pelear con unos que estaban de aquel lado. Me quisieron llevar, pero no me dejé, le dije que no estaba haciendo nada malo, que estaba chambeando bien, que si quisiera andar chingando a la gente andaría de ratero. Pero pinche guey, se puso bien mamón y pues le dije más de cosas. Putos como ahorita tienen trabajo se creen muy vergas, pero quiero ver cuando cambie el gobierno y a muchos los manden a la chingada, ahí van a andar igual que uno chambeando en la calle. Ya mejor se metió una doña a decirle que me dejaran y me fui. Mira ya no me quise emputar más porque yo si lo mato al guey, yo no tengo miedo, yo he matado. Tengo en mente haber matado a seis, pero pues he dejado a un chingo medio muertos quien sabe cuántos más tengo en la lista. Ah, y se siente tan chingón matarlos a los putos, hasta como que uno descansa. Pero yo me aguanto, ya me pasé mucho tiempo en el tambo, ya no quiero regresar más, ya no. Oye dame 15 varos y te limpio bien chidas tus botas. -Vale, está bien. Después de eso ya no platicó nada más. Me levanté le di las gracias y le dije que no les hiciera caso a los pinches polícias.

lunes, octubre 15, 2012

Recomendaciones de un viaje a Europa

Hace exactamente un mes fui de vacaciones a Europa y tuve la oportunidad de visitar varios lugares de este continente, específicamente Italia, Francia y España. Por el momento no voy a hablar de lo que a mí me gustó de cada lugar, sólo haré algunas recomendaciones generales del viaje, con acotaciones para las visitas a Roma, Paris y Barcelona. 1. Cuando vayas a salir a iniciar tu recorrido, ve al baño porque de lo contrario quizá tengas que gastar 2 euros en poder ocupar uno. 2. ¡¡¡Come, come, come!!! No te limites en este gasto, por lo menos una vez al día come rico, seguro encontrarás un buen lugar y no vas a gastar más de 12 euros. En Paris hay mucha comida interesante en el barrio aledaño a Nortredam, en Roma cerca del Coliseo y en Barcelona en la Barceloneta y cerca de Plaza Cataluña. Por favor, prueba los helados que están casi enfrente de la fuente de Trevi, son los más ricos que probarás en toda Italia. 3. Olvídate de que el agua es más cara que el vino, trata de ubicar un supermercado y ahí súrtete de agua, la vas a encontrar a precios muy similares a los de aquí. Llévate barras energéticas, galletas, etc, te van a servir para solo gastar lo necesario en comida y no hay problema de llevarlas en la maleta. 4. Los museos son caros, yo diría que el precio promedio es de 17 euros, pero valen la pena si tienes tiempo para disfrutarlos. Sinceramente si vas con el tiempo medido te recomiendo que camines y veas la dinámica de las personas, el entorno, la vida tal cual de la ciudad y no la vida turística. Te recomiendo no gastar en un museo sólo por decir que entraste o por tomarte la foto con las obras más destacadas. 5. El transporte también es caro, pero ciudades como Roma, Barcelona y Paris, bien las puedes recorrer caminando y sólo utilizar el transporte público para ocasiones especiales. Consíguete un mapa y traza tu ruta por día, así vas conociendo por zonas y definitivamente no gastas en transporte. • Roma 6 euros el pase del día, también hay pase por tres días y uno de mes, pero como yo no los ocupé no anoté lo que costaban. • Barcelona 2 euros precio por viaje en bus o metro, igual que en Roma está la opción del pase por día, por tres días y por mes. Para ir al aeropuerto (El Prat) toma el bus en plaza Cataluña, salen más o menos cada 15 min y cobran 7 euros. Se dice que es más rápido que ir en tren. • Paris 1.87 euros el viaje o puedes comprar un paquete de 10 boletos que cuesta 10 euros, ahí no hay opciones de pase del día. El tren del aeropuerto a Paris cuesta 8 euros, Ojo guarda bien el boleto porque lo ocupas para entrar y para salir, guarda los boletos de transporte de esta ciudad con Especial delicadez porque la banda magnética se daña fácilmente y para cambiarlos pierdes mucho tiempo porque casi siempre las ventanillas de ayuda están ocupadas. 6. No compres souvenirs hasta el último día de cada lugar en el que estés, te aseguro que te llevarás muchas sorpresas respecto a precios, así que mejor toma con calma esto de las compras.

jueves, agosto 09, 2012

Aquí vamos; sí, de nuevo

Por uno y varios momentos sólo podía pensar en que mi realidad estaba completamente alejada de la suya. Esta vez no dependía de condiciones "ideológicas", pasaba que la diferencia se daba porque mi entorno no era el suyo. Estaba viviendo en otro planeta dentro del mismo mundo. Sucedió que hace unas noches tuve un sueño. Un golpe en mi espinilla comenzaba a molestar, ante el dolor me rascaba hasta lacerar mi piel. Dejé de ver la herida y cuando volví mis ojos en ella, todo había empeorado, mi hueso al fondo de un hueco lleno de pus; dejé de ver porque soy cobarde y al volver mis ojos todo se había esfumado. Paso el tiempo tratando de entender, tratando de pensar que ya no pienso nada y creo, alguna veces, que logro engañarme. Aquí vamos; sí, de nuevo.

miércoles, noviembre 24, 2010

Sin mi historia en sus recuerdos...

El viento no sílbaba, tampoco se escuchaba el cantar de los pájaros. No olía a flores, mucho menos a tierra húmeda, no frío, no calor, sólo la muralla que formaban los cerros. Mi abuelo al frente, de espaldas a mi.

Sólo la mirada perdida, las ideas escurriendo entre la naríz y los ojos, qué estaba haciendo ahí, cómo había llegado al lugar donde pertenecía, donde jamás imaginé estar.

Un día antes había visto por primera vez a mi abuelo; sentí el abrazo de sus ojos, aquel que temeroso no me pudo dar en el primer momento, pero que poco tiempo después supo era el mismo con el cual yo lo recibía en silencio. A ella era la había visto antes, recordaba su mirada y su voz reverberando en el tiempo... me estás diciendo mentiras, éso había dicho, no recordaba en qué, sólo el haberla visto pocos minutos, suficientes para pensar que jamás volvería a suceder.

Tenía 22 años y comenzaba a descrubrir quién era.


¿Cuántas veces te preguntaste si ese momento llegaría?¿Cuántas veces te negaste a creer?, tenías miedo, el mismo miedo que tienes ahora, la misma desconfianza. El rechazo. Ahora estabas ahí, entre cerros y ágaves, tomabas la cámara y aputabas a un lado cuando descubrías su mirada, la mirada de tus abuelos sobre ti; ellos te sonreían.

No lograba entender el significado de esas letras, para mi siempre solo había existido gente, mi mamá, mi abuela, pero eso, familia, era algo lejano. No sabía que se sentía, y no sabía que se debía de hacer, cómo se tenía que actuar.


Mi nacimiento, producto de una de las muchas infidelidades de Benjamín jamás fue un secreto para ellos, sin embargo, las circunstancias me arrojaron al olvido parcial. No conocí la casa vieja, ni los diciembres, tampoco las bodas de oro, mi historia no estaba en sus recuerdos, pero mi imagen se dibujaba como un fantasma en sus fotos.

domingo, noviembre 07, 2010

Año bisiesto de Michael Rowe.




Mi historia con Año Bisiesto comenzó sin que yo lo supiera. Un domingo, como acostumbo a hacerlo, compré El Universal, y el Día Siete tenía en portada al director de dicha película. Leí toda su historia, y he de admitir que presté más atención a ésta que a la razón por la cual ése hombre tenía ese espacio especial en la revista.

Cuando en la pantalla apareció la escena en el súper mercado, lo último en lo cual pensé fue en que toda la película se desarrollaría en un departamento. En el primer shot de imagenes, esperé y esperé a que el chico del súper en algún momento tuviera algo que ver con la protagonista, pero simplemente no pasó nada.

Conforme comienzan a transcurrir las escenas, la sensación de entrar a un laberinto es recurrente. Poco a poco, aún a aquellos que se jacten de que la película es mala, quedan impresionados por algo que ven reflejado en una fracción de segundo.

Año Bisiesto, nos lleva de la mano, sin pausas, ni prisas, hasta las profundidades de la soledad; retrata cuadro a cuadro algunos de los aspectos más obscuros que guardan para su intimidad, aquellas personas que pasan desapercividas a nuestro lado.

La película es lenta, sí, hasta cierto punto podría decirse que sí, sin embargo, la intensidad de la historia que se cuenta requiere que sea de esa forma, porque no se habla de una historia de acción, sino de una mirada hacia el interior de la vida de un ser humano, que vivía sin vivir, a paso lento, sin la mirada hacia un lugar a donde llegar. Los días comienzan a transcurrir más rápido conforme Arturo comienza a invoucrarse más con Laura, conforme ella se establece un objetivo.

Por otra parte, el personaje del hermano como único puente entre el mundo de Laura y la realidad, hace un revelado nítido de cómo muchas personas siguen viviendo por los demás más que por ellos.

De las escenas de sexo, creo muchos nos dejamos llevar más por el morbo y a final de cuentas esa nota del sadomasoquismo no es más que un recurso más para dibujar a Laura y a su soledad.

Año bisiesto de Michael Rowe, nos regala una perspectiva diferente del vacío humano, capaz de permanecer en la mente del espectador (tanto del que queda conforme, como el inconforme)semadas después de haber visto el filme. Vale la pena voltear a ver el mundo, al pararse de cabeza, no todo tiene que transcurrir en forma lineal.

martes, septiembre 21, 2010

Desde Hesse, hasta Murakami con E. Hopper

Cuando comencé a leer, inicié mi hábito hipnotizada por las letras de Herman Hesse. Recuerdo a Demian como la primer novela que marco mi vida, entre la personalidad de Max Demian, la debilidad de Sinclair, abraxas y el narcisista amor por Beatrix, pasé una buena cantidad de tiempo leyendo las letras de Hesse, tanto que lo que menos recuerdo de él podría ser lo más popular, me refiero al Lobo Estepario, en cambio recuerdo con mayor nítidez a Narciso y Peter Camenzind; Desde Hesse, hasta Murakami con E. Hopper, pensé que nadie me enamoraría más.

Entonces llegó Milan Kundera...

Sólo puedo decir que La insoportable levedad me atrapó de principio a fin, ¿quién no ha sido seducido por ese libro?, quien no ha sido seducido por ese libro, es falto de pasión. Y de nuevo la historia se repitió, pasé por la Identidad, entre personajes que viven sin vivir, undidos en sus obsesiones, leía ansiosa por encontrar la respuesta entre líneas, hasta llegar a La Ignorancia. Nada.

Llegó Murakami... Cuando vivía con Nidia, observé durante meses un Tokio Blues en algún lugar del comedor, hasta que un día, no sé por qué, comencé a leerlo. Desde las primeras líneas que retratan una sala de espera en un aeropuerto quedé enganchada. Línea a línea sentía su historia como mía, encontraba algo de mi en ellas; después al leer Sputnik sucedió lo mismo. Ahora After Dark. Unas horas atrás visualicé a cada uno de los personajes de Murakami como si fueran los protagonistas de las pinturas de Edward Hopper. Yo a Hopper también lo amo. Líneas más adelante me he topado con el mismo Hopper en el texto de Murakami, así él dice: La escena podría figurar en un cuadro de Edward Hopper titulado Soledad.

Una coincidencia. Una hermosa coincidencia que me hace pensar como en dos polos del mundo, pueden haber personas de distinta edad y cultura, que en intermitencias comparten una misma imagen.

lunes, septiembre 06, 2010

El mundo no se detiene

En últimas fechas adquirí uno de esos teléfonos llamados smartphone; ante las apuestas de todos mis conocidos, respecto a hacerme adicta a ese aparatillo, yo he podido contener mi ansiedad.

Es cierto que dichos teléfonos son una maravilla. La conectividad al mil por mil todo el día, todos los días, todo el año; simplemente un milagro de la comunicación, una comunicación dada practicamente en tiempo real. En los cines, restaurantes, bares, autobuses, calles, paradas de camión, iglesia, plazas zas despierta ve a tu alrededor, cuántos tiene un smartphone, cuántas personas pierden una fracción del día por tener la atención fija en el twitter, facebook, etc...

Es un poco la otra cara de la moneda.

Sucedió que un colibrí pasó volando a mi lado y yo me perdí verlo en mi hombro, porque estaba twiteando. Cuántas cosas perdemos de vista, cuánto dejamos de vivir por hacernos presa de la tecnología, cuántos libros dejamos de leer, por estar tras de la pc.

Cuándo abriremos los ojos, para darnos cuenta que el mundo no se detiene y no todo es lo que vemos a través de una pantalla. Que conste que yo amo la tecnología, nada más que abrí los ojos un ratito.