viernes, mayo 04, 2007

El bufalo

La semana comenzó siendo desesperante. Paula no se sentía de ningún lado. La desesperación acabo con ella, exigía atención a gritos, nadie se la daba, nadie lo podía entender. Todo era desesperante. Dos cosas determinaron la situación.

-tienes muchas relaciones, ¿no?, entonces porque te sientes sola.
Contestó para sus adentros, porque te quiero a ti pendejo.

-Me produces algo, pero ya no se si es cariño o lastima.
Pensó, "lastima", la palabra que esperé escuchar desde hace 4 años. Pinche puto, ¿por qué no lo dijiste antes?, en fin, gracias. La verdad es algo que siempre se agradece.

Ironico, pero el ánimo se había aplacado. Comenzó por hacer una lista de las cosas que habría de hacer al día siguiente. Todas fueron llevadas a cabo y una a una fueron tachadas. En la tarde deció ocupar por vez primera su tarjeta de crédito, la ocupó para comprar un libro. Antes de llegar a su casa, pasó a casa de unos compañeros de la facultad, buscaba unos dulces. La noche llegó y consecuente un nuevo día. Le amaneció leyendo. Transcurrió el día leyendo. Camino sola por la tarde, arribó a una cafetería cuando el sol estaba por ocultarse. Disfruto estar sola, tomando un café, leyendo. Sola. Se preguntó, ¿por qué le había pesado tanto la soledad, si tanto le gustaba?

Aunque se aprenda a vivir con el, es imposible que un tumor deje de doler.

No hay comentarios.: